BIZCOCHO:
6 Huevos
180gr Azúcar
150gr Harina
12gr Levadura
Almíbar
MEMBRILLO:
Membrillo
Azúcar
QUESOS:
1 Tarrina mascarpone
1 Tarrina tipo philadelfia
1 Tarrina requesón
2 Bric pequeños nata
150gr Azúcar
MADROÑOS
250gr Madroños
300ml Zumo uva y piña
50ml Ron
1 Cdita aroma de vainilla
2 Hojas de gelatina
1 Cda. azúcar
Esta receta tiene bastante historia por doble motivo. Uno de ellos es la complejidad preparación y otro es que lo que no es regalado es prestado. Os cuento:
Los madroños son regalo de nuestra amiga de Gredos, Rosi de Salamanca; los membrillos son regalo de nuestra madre/suegra Pepita; y el apetecible café cappuccino, que es un regalo de Nescafé, junto con las láminas para decorar.
El resultado de esta tarta viene de la unión de varias recetas: los madroños en almíbar, con algunos cambios, son de la página de Rita Cifuentes y la idea de la tarta la cogí de Abraham García.
Quiero dar las gracias a todos por su aportación, y comienzo con la receta.
Lavamos los madroños bien y los secamos. En un cazo ponemos a cocer el zumo junto con el ron, la cucharadita de aroma de vainilla y el azúcar durante 10 minutos. En un poco de agua fría echamos las hojas de gelatina y dejamos que se ablanden, las escurrimos y las añadimos al zumo. Removemos para que se disuelva bien y lo retiramos del fuego. Echamos los madroños y dejamos reposar.
El membrillo lo podemos preparar o bien comprarlo ya hecho. Si nos decidimos por la preparación, os dejo aquí el enlace.
Preparamos el bizcocho. Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y las yemas las mezclamos con el azúcar, hasta que aumente el volumen. Juntamos los dos preparados y añadimos la harina junto con la levadura, removemos con mucho cuidado. Vertemos en la bandeja del horno, que pondremos previamente a 180º. Prepararemos el almíbar con un chorrito de ron y emborrachamos el bizcocho.
Nos va a quedar una tarta muy grande, del tamaño de la mitad de la bandeja del horno.
Montamos la nata bien fría con el azúcar y vamos añadiendo todos los quesos.
Cortamos el membrillo en láminas muy finas y empezamos a montar la tarta. Cortamos el bizcocho por la mitad y lo cubrimos con las láminas de membrillo, untamos una buena capa de la mezcla de quesos y cubrimos con la otra mitad del bizcocho. Repetimos la operación, primero el membrillo, luego el queso y ya por último los madroños en almíbar. Os diré que merece la pena el trabajo que lleva, es una delicia de postre.