150gr. Harina.
100gr. Mantequilla.
50gr. Azucar glas.
1 Clara de huevo.
1/2 Ralladura de limón.
1/2 Ralladura de naranja.
1 Pizca de sal.
Leche.
Rallamos la piel de medio limón y después la de naranja (sin juntar), reservamos. Reblandecemos la mantequilla y en un bol la mezclamos con el azúcar. Vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada con la pizca de sal y lo vamos mezclando con una cuchara de palo después añadimos la clara de huevo y seguimos removiendo. Cuando veamos que ya no esta muy pegajosa, amasamos con los dedos. Una vez que veamos que liga bien la separamos en dos trozos. En uno de ellos echamos la ralladura de limón, en el otro la de naranja. Seguimos amasando cada trozo por separdo. Hacemos una pelota con cada masa y las envolvemos en film transparente. Las dejamos en la nevera durante doce horas. Sacamos la masa 20 min. antes y ponemos a calentar el horno a 180º. Amasamos un poco la masa hasta reblandecerla, echamos un poco de harina en la mesa y estiramos la masa con un rodillo dándole un grosor de 2mm, cortamos las galletas con un sacabocados redondo de 4 cm, yo no lo tenía tan pequeño y las he hecho con una copa de champán. Cubrimos la bandeja del horno con papel sulfurizado y vamos colocando las galletitas y con una brocha de cocina vamos bañándolas con un poco de leche. Las dejamos en el horno durante 13 ó 14 minutos. No se diferencian por el color, sabremos al comerla si es de naranja o de limón. Conservar en una caja metálica, cerrada herméticamente para que sigan crujientes durante dos semanas, (si duran tanto).
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